Mi primer libro ("El amor azul marino") y el último ("Nanas para un Principito") son sin duda mis obras más intimistas. Escritas en primera persona, en ambas realizo -metafórica y literariamente hablando- un desnudo integral, aderezado con los cuentos que rubrican cada vivencia compartida. Haberlos empezado en una noche de Reyes, contener un número de relatos múltiplo de siete o destinar cuanto pudiera corresponderme en concepto de derechos de autor a la ONG "Aldeas Infantiles SOS", son otras de sus similitudes.
Sin embargo, "Nanas para un Principito", además de estar ilustrado por una artista y amiga tan genial como Raquel Ordóñez Lanza, tiene una particularidad que le hace especial: y es que en él narró las vicisitudes de mi pequeño Manuel -a quien cariñosamente apodamos en casa "el Principito"- durante sus dos primeros años de vida.
El Encuentro Internacional de Literatura Infantil y Juvenil de Astorga, la Feria del Libro de Zaragoza, la Feria de Artesanía del Val de San Lorenzo o la Feria del Libro de Madrid son algunos de los marcos en los que hemos presentado esta obra. Y ya anticipamos que, en cuanto llegue la primavera, nuestro Principito volverá a hacer su maleta... porque le encanta viajar.
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