viernes, 15 de enero de 2016

Despertando sonrisas

El Proyecto Solidario "Los Argonautas", al que tengo el honor de pertenecer desde mi condición de médico/psicólogo asesor, tiene por objetivo mejorar la calidad de vida de las personas mayores por medio de la cultura, el ocio y el entretenimiento, e informar en positivo sobre ellas, acercando este colectivo al resto de la sociedad. Como prueba de ese empeño, comparto una carta relativa a las actividades realizadas, firmada por el responsable de la Residencia Santa Teresa y San José, de Madrid.

"Cada año, al evaluar el trabajo desarrollado, no podemos menos que enumerar la aportación de Proyecto los Argonautas. 
Su presencia, de modo sistemático a lo largo del año, ofrece a las residentes una ocasión propicia para sentirse escuchadas, acompañadas y queridas y genera siempre esa dosis de alegría tan necesaria en esta etapa de la vida. Los momentos de esparcimiento y distracción que nos regalan, sobre todo durante los fines de semana cuando las actividades habituales de la residencia quedan muy reducidas, rompen con la monotonía y el tedio de estas jornadas,  nos ayudan a dinamizar la vida de nuestra institución y fomentan relaciones interpersonales ricas y variadas. 
Al incluir en sus actividades diversas dinámicas y manifestaciones del arte, las residentes en su conjunto, en un momento u otro, se sienten vinculadas y toman parte activamente. Nada se les impone, participan voluntariamente, se les propone, se les toma en cuenta, se adecua el programa previsto si fuera necesario y todo esto favorece el desarrollo de habilidades sociales y comunicativas. Al propiciar la participación activa fomentan la integración y los vínculos entre las residentes, sobre todo cuando proponen trabajo en equipos que implican diálogo, ponerse de acuerdo, y buscar el modo de ejecutar armónicamente la tarea encomendada. Esto fomenta la creatividad y la capacidad estética y artística y contribuye a trabajar y mejorar la coordinación de movimientos, y  el desarrollo de habilidades motoras y lingüísticas. 
Otro de los aciertos ha sido el incluir siempre momentos para la música que permiten recordar, evocar y retomar esas piezas de sus años jóvenes con el consiguiente ejercicio de memoria que supone y el positivo balance que en el terreno afectivo deja en cada una de ellas.  
El dejarles un detalle personalizado o el vincularlas a los niños del Colegio de la Sagrada Familia, ha sido altamente estimado como elemento que ha propiciado el vínculo entre diversas generaciones tan necesario para las relaciones sociales en la actualidad y la impronta positiva que deja también, en el terreno emocional de las residentes". 

sábado, 9 de enero de 2016

Azules marinos en Cuento Cuentos Contigo

"Cuento Cuentos Contigo" es una iniciativa en torno al cuento que se viene desarrollando desde hace meses en León de la mano de la escritora Flor Méndez Villagra. En ella, distintas personas que comparten su amor por ese género literario (desde escritores a lectores, además de meramente soñadores), comparten también sus historias escritas. El silencio con el que se escuchan y la emoción que transmiten son la mejor muestra de la magia que preside cada encuentro.
Ayer se celebraba la octava edición, en la que tuve el honor de participar. En ella expuse las vivencias que tuve con mi abuelo respecto a su mar (aquel que será siempre inmensamente grande, inmensamente azul e inmensamente de todos) para acabar narrando el primer cuento que gracias a ellas escribí en mi vida: "El amor azul marino".
Fue una velada preciosa en la que se sucedieron relatos preciosos. ¡Estoy deseando que llegue la siguiente!

miércoles, 6 de enero de 2016

En otra Noche de Reyes

La noche del cinco de enero siempre llegó a mi casa, como a tantas casas del mundo, cargada de magia e ilusión. De pequeño, justo antes de acostarnos, los tres hermanos disponíamos un sofá con nuestros nombres, unos zapatos, turrón y vino para los Reyes, y alfalfa para sus camellos. Ya en la cama, con independencia de lo que hubiera escrito en mi carta, requería de cada uno un deseo particular.
No acierto a saber por qué, Melchor fue siempre mi favorito. Tal vez por eso le pedía suerte para todo aquello que tuviera que ver conmigo: los exámenes de matemáticas, los juegos en el recreo o cualquiera de los retos que me hubiera propuesto para el año venidero.
A Gaspar le reclamaba esa misma gracia para mi familia y amigos: que además de juntos estuviésemos unidos, que siguiéramos siendo felices, que no hubiera ausencias en nuestras citas.
Y para Balatasar reservaba las peticiones que permitieran que este mundo en que vivimos se sintiese cada día más humano: libertad donde no la haya, respeto en las diferencias, sobredosis de tolerancia para los intolerantes.
Todavía recuerdo la madrugada en que les oí llegar al balcón de mi casa. Fue el año que trajeron la primera bicicleta y quizá por ello hicieron más ruido de lo normal. Atónito de curiosidad, permanecí quieto en la cama a la espera de que el resto despertase. Me alegro saber que papá también les había sentido.

Nota: Párrafo perteneciente al relato titulado "Noche de Reyes", incluido en mi libro "El amor azul marino".