A una de ellas acudimos nosotros en familia, pudiendo disfrutar durante más de dos horas de un espectáculo sencillamente entrañable. De matrícula de honor su puesta en escena, su ritmo, la empatía que genera con cada personaje. De sobresaliente sus cuadros musicales. De notable para arriba, todo. Nos gustó más que mucho; incluso más que cuando vimos la película.
Sin embargo, tan solo daría un aprobado raspado a la comodidad del primer anfiteatro del Teatro La Latina, con esas estrecheces, unas sillas no demasiado cómodas y aquella visión en sus últimas filas, poco acorde con el precio que pagamos por las entradas.
En cualquiera de los casos, vaya desde aquí nuestra felicitación a todo el equipo de este musical por su labor y por esas 200 representaciones que, atendiendo a su calidad, de seguro seguirán sumando más.
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