Esta tarde he recibido el regalo de asistir en directo a uno de sus conciertos, disfrutar de su mensaje en persona, compartir otra breve pero sincera charla y corresponder a tal presente entregándole en forma de libro una parte de nosotros. Ocurrió concretamente en su concierto en clave sinodal Una noche para la Esperanza, celebrado en la Parroquia de los Agustinos, en la ciudad de León.
¡Estuvo sencillamente genial! Y ahora en la noche, apenas unas canciones después, tarareo su última letra convencido de que, como él nos ha enseñado desde siempre, mientras no pierdas las ganas de reír... todo va a ir bien.
Manuel, esta noche (la siguiente a la del concierto) el sorprendido y emocionado soy yo leyendo el primero de los cuentos del libro que me regalaste.
ResponderEliminarÉse relato que pone a tu abuelo y al millón de cuentos que sabía y te contaba, en el inicio de tu propia historia.
A mí se me quedó por cantar la canción que yo le escribí a mi abuelo (que compraba flores cuando nacían sus nietos...), pero hoy leyendo la historia del tuyo me he sentido en sintonía contigo y me he sabido cómplice de recuerdos, palabras y reflejos de luna.
GRACIAS también a ti... por estar y por ser.
Buenas tardes, Luis:
ResponderEliminarDurante el proceso por el que he pasado estos días, he hecho mi lema de tu "Todo va a ir bien"... Y ciertamente, todo ha ido bien.
Me encantó conocerte en persona, sentirme también cómplice de esos recuerdos, palabras y reflejos de luna.
Como a menudo decimos los cuentistas, nos seguiremos contando.
Mil gracias, mil sonrisas.