El pasado viernes 27 de mayo asistimos al concierto final de curso de las grandes agrupaciones del Conservatorio Profesional de Música de León, celebrado en el Auditorio Ciudad de León. Como integrante de uno de sus coros, en él participó nuestro pequeño Manuel, quien sumaría otra muesca a su cada vez más grande trayectoria musical.
Sin que sea pasión de padre, hemos de reconocer que -entre habaneras y canciones tradicionales- nos hicieron disfrutar mucho, pues entonaron francamente bien... al igual que sucediera unos días antes en la audición final de Trombón, realizada en el Auditorio Ángel Barja. Y todo ello, a escasas fechas de su examen de acceso al grado profesional de Música, para el que le deseamos sencillamente lo mejor.
Entre tanto, seguimos ilusionados. Será que, como asegurase ese genio apellidado Tolstoi, la Música es la taquigrafía de la emoción.
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