Y en la Feria del Libro de Valladolid

Aun cuando sea con una semana de retraso, quisiera dejar constancia de lo bien que nos recibió el público pucelano y de lo mejor que lo pasamos en la caseta de MAR Editor Irreverentes durante el pasado 19 de junio en la Feria del Libro de Valladolid. Allí firmé ejemplares de toda mi obra y de las distintas antologías dedicadas a ciudades -Lisboa, Praga y la propia Valladolid- en las que he participado, pude charlar con muchos de mis lectores, compartimos acuerdos y desavenencias junto a otros escritores, charlé con mi editor... Y aunque me fui sin haber contado ni un solo cuento -algo realmente impropio de mí- volví a disfrutar de la Literatura en estado puro, desde dentro.
Sin duda y si las circunstancias lo permiten, nos veremos de nuevo en la próxima edición.

En la Feria del Libro de Madrid

Compartir con tus lectores aquello que han sentido tras leerte resulta una experiencia preciosa que, sin duda, facilitan las Ferias del Libro. Así me ha ocurrido en todas, desde la más grandiosa en Frankfurt, a la que acudí invitado por el stand del Centro del Libro de Aragón, hasta la sencilla -y no por ello menos entrañable- de Ejea de los Caballeros, en una de cuyas ediciones precisamente me estrené a este respecto.
Firmando ejemplares en la de Madrid, estuve en dos ocasiones. En una de ellas incluso me arranqué a contar cuentos a pie de caseta, convirtiéndome casi sin saberlo en una atracción más aunque fuera de programa.
Finalmente, por distintas razones con la crisis de fondo, este año no estaré allí como escritor. Eso sí: acudiré como lector y visitante. Será mañana viernes durante la tarde, tras haber recibido por la mañana en el Museo del Ferrocarril el primer premio por el X Certamen de Relatos Breves "Un tren, un viaje, una historia...", organizado por RENFE-Cercanías de Madrid. De manera que pasearé por el Retiro, visitaré diez casetas, ojearé cien novelas, charlaré con mil personas... Y compraré algunos libros, que empezaré a degustar en cuanto suba de regreso a mi tren. ¡Al fin y al cabo, yo también tengo derecho a compartir con mis escritores aquello que haya sentido al leerlos!