En este Día Mundial de la Educación Ambiental, en la que tanto creo, quisiera mostrarme agradecido. Y así, dar las GRACIAS a lo largo al Centro Nacional de Educación Ambiental -CENEAM-, ubicado en la localidad segoviana de Valsaín, por esa residencia que me ofrecieron a principios de diciembre para conocer sus fondos bibliográficos e instalaciones, descubrir su entorno natural, impulsar mis próximos libros en pro de la Naturaleza e interactuar con otros autores/profesionales de una sensibilidad extraordinaria... GRACIAS a lo ancho a todos esos centros escolares que han trabajado mi obra "Catorce lunas menguantes" (MAR Editor) para acercar el medioambiente y su crisis actual a sus alumnos. Desde el IES Reyes Católicos, en Ejea de los Caballeros -Zaragoza- al IES Legio VII, en León... GRACIAS de corazón a cuantos han acudido a cada sesión de cuentacuentos titulada "La vuelta al mundo en casi ochenta cuentos", en la que me pongo el reto de educar a los niños en valores ambientales... Y, por supuesto, GRACIAS en cuerpo y alma a familiares/amigos -con un guiño especial para mi hijo Manuel- por acompañarme a menudo en esa aventura llamada plogging, consistente en realizar actividad física mientras recogemos los residuos de algún espacio natural.
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