Terminó la 45ª Edición de la Feria del Libro de León. Y si a título personal, al final en su cara A -número de actos públicos, ejemplares dedicados, cantidad de lectores- estuvo bien, en su cara B -los aspectos intangibles del evento- resultó sencillamente excepcional.
Toda Feria permite establecer gran cantidad de contactos: desde seguidores anónimos hasta editores venidos de muy lejos-. En esta de mi ciudad me han entrevistado en los medios, nos han reclamado para que hagamos varias sesiones de cuentacuentos -una al ladito de casa, otra en la preciosa Cuenca-, hemos recibido esa propuesta en firme de edición de un nuevo libro, nos han hecho un reportaje de lo más entrañable -mil gracias, querido Mures, por tu implicación-, hemos compartido con amigos... En definitiva, nos hemos sentido parte de esta fiesta de la Literatura que, sinceramente, no nos podíamos perder.
Buenas noches:
ResponderEliminarComparto el enlace sobre la reseña que a propósito del final de la 45ª Feria del Libro de León he colgado también en mi otro blog.
Nos seguiremos contando. Mil sonrisas.
Manuel.
http://manuelcortesblanco.blogspot.com/2023/05/cronica-de-una-feria_15.html