Recientemente he leído otro decálogo singular, elaborado por Pere Ruiz en el año 2005 y avalado por el Club Palindromista Internacional, que me resulta tan curioso como interesante: el Decálogo del buen palíndromo (esas frases capicúas que se leen igual de izquierda a derecha que de derecha a izquierda). Dice así:
1. El buen palíndromo ha de
expresar una idea, constituyéndose como fuente válida de comunicación escrita.
2. El buen palíndromo ha de contener las palabras necesarias para narrar
de forma clara y sucinta la idea tratada, evitando en lo posible los accesorios
o complementos lingüísticos que suelen configurar su inicio y final y que no
aportan nada necesario a su función comunicativa.
3. El buen palíndromo ha contener un valor literario, igual al de una
buena cita, buen refrán o aforismo, con capacidad de perdurar en la memoria
colectiva.
4. El buen palíndromo ha de ser
gramaticalmente correcto. Artículos, pronombres, tiempos verbales y ortografía
que correspondan a cada frase se han de cuidar en detalle. El palíndromo,
siendo una frase simétrica, ha de fluir con naturalidad, de forma que no sea
simplemente el resultado de una expresión forzada.
5. En la cantidad de palabras y letras usadas radica una de las dificultades del buen palíndromo. Como más
largo, más difícil es mantener la pureza de la idea expresada. El más meritorio
será el más largo siempre que sea capaz de conservar los valores definidos en
este Decálogo.
6. Por su función comunicativa el
buen palíndromo será aquel que esté dirigido a cualquier tipo de lector,
contando para ello con toda la variedad expresiva de una lengua.
7. El uso de letras poco frecuentes aporta riqueza a la creación
palindrómica, así como la exploración de palíndromos que incluyan léxico poco
usado aún en el género.
8. La capacidad de sorpresa y el
ingenio están entre las mejores virtudes del buen palíndromo.
9. El ritmo armónico del texto, así como el grafismo visual son gusto
para los sentidos del oído y la vista. El palíndromo que cuide especialmente
estos aspectos, contará con un valor artístico añadido.
10. La pureza del palíndromo en busca de la simetría total, en cuanto a
signos de puntuación, coincidencia de sílabas tónicas y átonas, así como
espacios entre palabras, pueden convertirlo si además cumple todos los demás
puntos del Decálogo, en un Palíndromo Perfecto.