El pasado domingo 30 de junio tuve la suerte de visitar un municipio que me encandiló: Zafra, en la provincia de Badajoz. Ese día paseamos por sus calles, descubrimos sus monumentos, compramos en el mercado medieval instalado en su centro urbano, disfrutamos con la representación de una obra de teatro en la plaza del Parador... Y, cómo no, nos empapamos de sus miles de historias. De entre ellas una que me narraron siendo pequeño y que rescaté de mi memoria tras aquella visita: la del humanista Ruy López de Segura -hijo de la localidad- quien fuera considerado el primer campeón del mundo en el noble arte del ajedrez.
López de Segura fue un enamorado de este juego, creó su teoría, estableció una apertura propia, practicó el denominado ajedrez a la ciega, escribió distintos tratados... Y vivió una rivalidad que ha pasado a los anales de la Historia con Leonardo da Cutri, considerado el mejor jugador italiano de la época y quien le sucedió.
Y es que cuando visitamos tantos pueblos no solo somos nosotros quienes compartimos nuestros cuentos con ellos; con frecuencia son ellos los que nos cuentan los suyos a nosotros... Todo es cuestión de saberles escuchar.
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