En los alrededores de esa joya arquitectónica que constituye su Palacio de tapial -construido en el siglo XIII y que diera cobijo a los Reyes Católicos allá por agosto del año 1487- nos hemos reunido casi doscientos participantes dispuestos a disfrutar en modo andarín o carrera de los seis kilómetros de trazado urbano de su recorrido. Al final, entre charlas con los vecinos en parte condicionadas por esas medidas preventivas, cerramos la jornada -y desde ella casi el año- con una chocolatada más sorteo de regalos.
Nos veremos en próximas ediciones, por supuesto, aunque ya dentro de ese 2022, para el que aprovecho a desearos sencillamente lo mejor.