La actuación inaugural corrió a cargo de la Swing Machine Orchestra, una propuesta de lo más participativa a los compases de los años treinta. Su docena de músicos y bailarines (¡genial el claqué de Sam!) de mil lugares distintos desbordaron estilo y alegría, poniendo al público a danzar desde el momento en que subieron al escenario.
Ciertamente, nos encantó... E incluso Manuel pequeño -alumno trombonista en el Conservatorio de León- apuntó que de mayor le gustaría tocar en una orquesta como esa.