En este Día del Padre, felicito al mío compartiendo un fragmento del relato que le dediqué en mi libro "El amor azul marino". Aun cuando ya no esté entre nosotros, sé que siempre nos acompaña.
"A pesar de haber vivido siempre tierra adentro, papá se definía como un enamorado del mar. Y en
vacaciones, si la cartilla del banco lo consentía, nos acercábamos a hacerle
una visita.
Coleccionista
de sellos, apasionado del cine negro, fumador de una especie de puros llamados perreros. Mas de entre todas sus
cualidades destacaba lo mucho que quiso a mi madre. Admitía que haberla
conocido era lo mejor que le ocurrió en la vida. Y aunque a veces no pareciera
detallista -más de un aniversario sobrevino sin tener nada comprado- profesó un
inmenso amor hacia ella. Un amor azul marino, como dijo en cierta
ocasión, mientras le rondaba en aquel baile de festivo".